“Tron: Ares” desata su poder digital en la pantalla grande
Una odisea de luz, sonido y adrenalina que lleva la franquicia al límite de la realidad
CINE
La red vuelve a encenderse. Tron: Ares, dirigida por Joachim Rønning y protagonizada por Jared Leto, Greta Lee, Evan Peters y Gillian Anderson, llega a los cines para arrastrarnos a un universo donde la inteligencia artificial traspasa la frontera entre el código y la carne. La tercera entrega de la icónica saga de ciencia ficción promete un espectáculo sensorial que sacude la mente y los sentidos.
En esta nueva historia, Ares, un programa digital avanzado, es enviado desde el mundo virtual al real en una misión que podría cambiar el destino de ambos universos. La cinta explora el primer contacto entre humanos y seres creados dentro de la red, jugando con las tensiones entre control, evolución y supervivencia. Es, en esencia, una reflexión envuelta en luz de neón y adrenalina pura.


El director apuesta todo al terreno visual y sonoro, construyendo una experiencia cinematográfica que se siente más que se comprende. Los efectos especiales son una sinfonía de precisión y belleza, mientras la banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross (Nine Inch Nails) se convierte en el alma del filme: un rugido electrónico que guía cada escena hacia el clímax.
Aunque el guion tropieza entre clichés y diálogos predecibles, Tron: Ares no pretende ser una lección de narrativa, sino una celebración de la estética y la energía. Es cine para disfrutar con los ojos y los oídos, una obra pensada para la pantalla más grande y el sonido más envolvente. Un tributo a los fans y al espíritu del entretenimiento puro.
Cuando las luces se apagan y los créditos comienzan a rodar, queda claro que la red ha vuelto a conquistar la realidad. Tron: Ares no busca respuestas: ofrece una experiencia, un pulso eléctrico que late entre el mundo digital y el humano. Y cuando ese pulso termina, lo único que queda es el deseo de volver a conectarse.




