La nueva infancia moldeada con inteligencia artificial llamada Generación Beta
Nacida en plena revolución tecnológica, esta nueva generación plantea retos sin precedentes para la educación y el futuro del trabajo.
TECNOLOGÍA
La humanidad se encuentra al borde de una transformación profunda con la llegada de la Generación Beta, la primera que crecerá completamente inmersa en un entorno donde la inteligencia artificial no solo forma parte del día a día, sino que también será el eje central de su educación y desarrollo profesional. Su nacimiento, a partir de 2025, representa un punto de inflexión en la forma en que entendemos la formación de talento, el trabajo y la convivencia social.
Según el especialista en comunicación intergeneracional y futuro del trabajo, Ricardo Dalbosco, la Generación Beta será pionera en varios sentidos: no solo es probable que muchos de sus integrantes lleguen a vivir hasta el siglo XXII, sino que también serán los primeros en tener una educación diseñada desde cero con apoyo de la inteligencia artificial. “Estos cambios imponen cuestionamientos profundos sobre el modelo educativo tradicional, que deberá adaptarse a una nueva realidad tecnológica y cognitiva”, señala Dalbosco.


El contexto actual ya anticipa tensiones entre la tecnología y la educación. El debate sobre la implementación de leyes que restringen el uso de celulares en las aulas, por ejemplo, revela una contradicción: mientras los sistemas educativos intentan limitar el uso de dispositivos, la generación que está por llegar dependerá completamente de ellos para aprender, interactuar y desarrollarse.
Uno de los mayores retos será la convivencia de múltiples generaciones en el mismo entorno laboral. Por primera vez en la historia, cinco generaciones, Baby Boomers, Generación X, Millennials, Generación Z y la incipiente Generación Alfa, comparten espacio en el mercado de trabajo. A esto se suma un hecho aún más excepcional: la existencia simultánea de siete generaciones vivas, incluyendo a la Generación Silenciosa, compuesta por personas mayores de 80 años que aún participan en la sociedad, especialmente en las llamadas Zonas Azules, regiones con altos índices de longevidad.


Esta diversidad generacional representa un desafío real para empresas, educadores y gobiernos. “Fomentar la colaboración entre personas con estilos de aprendizaje, expectativas y experiencias tan distintas será clave para el éxito organizacional y social”, advierte Dalbosco.
El surgimiento de la Generación Beta redefine los pilares sobre los cuales se construyen las estructuras sociales. Se requerirá repensar no solo la educación, sino también los modelos laborales, las políticas de salud mental y la forma en que las personas se relacionan entre sí.
La inteligencia artificial ya no será una herramienta adicional; será parte integral del proceso educativo y formativo desde los primeros años. Esto plantea interrogantes éticos y estructurales: ¿cómo garantizar un desarrollo emocional saludable en medio de una hiperconectividad constante? ¿Qué habilidades serán realmente humanas en un futuro tan automatizado?